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Jan 02
Monday
Dharma Teachings
Por qué, cuándo y cómo se ofrece generosidad

por Walker Blaine, Maestro de liturgia de Sákyong Mipham Rimpoché y Heraldo de la corte Kalapa

Si la gente entendiera los beneficios personales de la generosidad, no sería capaz de contener la alegría de ver ocasiones para dar. Los santos y los sabios de todas las tradiciones espirituales han dicho palabras semejantes: la generosidad (dar a los demás con buen corazón y mente abierta) es la senda para experimentar directamente el conocimiento y la alegría que los profesores, dirigentes, guerreros y padres más sabios han alimentado en sí mismos y en la sociedad desde el comienzo de la historia.

Hace unos años se me ocurrió la idea de intentar ser generoso activamente a diario y dar algo a alguien. No tenía que ser una gran regalo, sino algo que se pudiera usar, algo de cambio a un mendigo, unas pocas monedas para una causa noble, una tarjeta o un detallito para alguien que me importaba. Pensé que sería fácil pero resultó un desafío porque descubrí rápidamente que, bajo la inspiración, se hallaba un miedo de no poder ser tan coherente. También había miedo a perder algo y una creencia oculta de que semejante disciplina mermaría mis recursos o sería agotadora, e incluso resultaba avasalladora la idea de elegir activamente dar en la práctica diaria de meditación y al hacer ofrendas imaginarias a los budas y grandes seres.

Así que me rendí y seguí dando de la forma que solía con algún regalo a los amigos y la familia de vez en cuando, dando a los mendigos en la calle y a las causas nobles cuando mi espíritu estaba inspirado. Pero hace unos días sentí que tenía que volver a intentar este salto consciente hacia la generosidad y ver si podía cambiar mi antiguo yo. Le mencioné el plan a mi mujer y le pregunté si lo podíamos hacer como pareja e inmediatamente se entusiasmó con la idea y decidimos marcar todos los actos pequeños en el calendario que compartimos. Al cabo de unos días nos dimos cuenta que, en cuanto teníamos ocasión de ser generosos, estaban encantados de actuar y daba igual lo que diéramos porque siempre nos sentíamos bien.

Casi inmediatamente estuvo claro que no importaba el tamaño del regalo y notamos que la conherencia en la generosidad era lo que nos hacía sentir bien y nos fortalecía. Esto me permitió darme cuenta que tenía un punto ciego enorme porque creía que los regalos a los amigos en ocasiones especiales, en las festividades invernales o como respuesta en una recaudación de fondos me convertían, de alguna manera, en una persona generosa, pero realmente no era cierto. Por ejemplo, si alguien decide contribuir a varias obras de caridad unas cuantas veces al año, eso sólo convierte a esa persona en generosa esas pocas veces al año pero resulta generosa todos los días del año la persona que alimenta a los pájaros con regularidad en el parque cerca de su casa. ¿Quién está realmente desarrollando una mente y un corazón dadivosos en ese momento?

He observado durante las peregrinaciones a lugares sagrados del Tíbet, Nepal y la India que los peregrinos suelen hacer ofrendas en todos los lugares sagrados que visitan. A menudo se trata sólo de una cantidad pequeña de dinero o alimentos pero, desde el punto de vista de cultivar una generosidad constante y coherente, vi que este gesto repetido expresaba salud y cordura porque estas gentes estaban dando activa y conscientemente en el momento en que se encontraban en un espacio sagrado. ¿Cuánts veces he entrado en un centro de meditación, en un hospital u otro lugar de virtud sin echar una moneda en la caja de donativos? Por supuesto en nuestra época muchos lugares sagrados de Occidente prefieren donativos mensuales organizados ( y es espléndido contribuir) pero el acto de elegir físicamente dar al entrar en un espacio de virtud tiene un gran impacto porque en el momento de dar, ese donativo se produce ahora. No hay nada comparable a hacer una elección consciente, mover los músculos y soltar una moneda, una galleta o el asiento del metro. Es una elección distinta a hacer un donativo mensual, que ocurrió hace uno o dos años.

Lo importante de todo esto es la intención. ¿Por qué ser generosos? Porque la mente de apertura y de dar es esencialmente alegre y creativa: cuantas más veces elijamos a diario invitar esa mente a nuestro hogar, a nuestra comunidad, más alegría se expande al exterior. No hay nada en el mundo que pueda sustituir la generosidad y, ahora más que nunca, el mundo necesita dosis constantes, diarias, de gente que experimenta con dar a los demás, sea dinero, arte, escuchar, amabilidad o sólo el regalo del tiempo y la paciencia.

Quien quiera experimentar con dar conscientemente a diario, que lo intente. A veces en nuestra casa, aquí en Halifax, nos olvidamos de dar pero me parece que forma parte de la senda de ser más valiente para dar. Al principio pensé que había estropeado las cosas de alguna manera porque había una casilla vacía en nuestro calendario pero luego noté que habíamos pasado una semana dando un poco todos los días y eso no nos había ocurrido nunca. Y en ese momento me di cuenta que me gustaría explorar la generosidad diaria durante el resto de mi vida.

Publicado originalmente en inglés http://shambhalatimes.org/2016/12/25/why-when-and-how-to-be-generous/

© Traducido y publicado con autorización del autor.

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