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Nuevo comienzo

Sákyong Mipham Rimpoché
Discurso del día de Shambhala
Centro Shambhala de Boulder (Colorado, EE.UU.) 27 de febrero de 2017

El Kongma Sákyong Mipham Rimpoché: Muy buenos días a todos. [Asamblea: ¡Buenos días!] Tienen un aspecto maravilloso. (SMR se ríe; risas). ¿Pueden verme? Me gustaría dar la bienvenida a todos los que se unen aquí a través de Internet. Estamos en el momento del ahora.
Me gustaría comenzar este día de Shambhala tan importante uniendo todos nuestros corazones en todo el mundo. Aquí y en todas partes, comencemos ofreciendo una inclinación de Shambhala, que sea la primera del año y, si no han hecho nunca una inclinación, ¡que sea ésta la primera!. [Risas] Al hacerlo les ruego que eleven su energía, un comienzo nuevo. Concretamente, en este año, ¿cuál es su aspiración?, ¿cuál es su deseo? ¿cuál es su meta? Y ¿cuál es su intención para este año?. Como sabemos al practicar meditación, el poder de la mente es muy fuerte, así que éste es un momento excelente, astrológicamente, y dentro del calendario anual, para tener sensación de quién es uno y cómo les gustaría avanzar. Al mismo tiempo nos reunimos como una comunidad Shambhala internacionalmente, compartimos este momento y conectamos con nuestra propia bondad fundamental. [Todos se inclinan]

Muy alegre día de Shambhala para todos y estoy encantado de estar aquí con la Sákyong Wangmo y nuestra familia, unidos a todos ustedes y sus familias en esta celebración concreta de año nuevo. Ya siento una sensación de cordialidad tremenda por parte de todos y es bueno ver la sala de meditación tan llena y a la gente elevando su energía y sus vítores. Creo que este año y este día de Shambhala es especialmente emotivo porque hemos hecho una transición hacia tiempos muy inciertos en el mundo. Hay muchos cambios, mucho miedo y muchos aspectos desconocidos así que es excelente que nos reunamos, revaloricemos y profundicemos en quienes somos y lo que hacemos.

En muchos sentidos la tradición de Shambhala se basa en una profecía sobre una época de intensidad de la que se dice que, cuando los tiempos son difíciles y la humanidad se vuelve cada vez más agresiva y hay más miedo, habrá penumbra y falta de visión, falta de espíritu nos empieza a afectar a todos, a nuestra fuerza vital. Y no afecta sólo a los individuos sino a las naciones, al mundo.

Aunque la profecía tenga miles de años, es nuestra inspiración, la inspiración del Dorje Dradul. Fue su inspiración venir a Occidente a enseñar el dharma, la meditación con el espíritu de que estas enseñanzas son para estos tiempos concretos.

Hay oscuridad que es realmente la sensación de que las cosas se vuelven más sólidas y más intensas, y en ese momento concreto la reacción puede volverse más agresiva, más egoísta y más terrible.

Pero, según la profecía, hay un grupo o un clan conocido tradicionalmente como Shambhala cuyos miembros se enfrentarán a la situación cuando sea más oscura y responderán con gentileza, con valentía, con amabilidad y con un sentido de magnanimidad y apertura.

Por un lado diríamos que parece fantasioso porque aparentan ser rasgos débiles, aparentemente rasgos suaves, ¿cómo van a enfrentarse a la intensidad de lo que está ocurriendo? Pero, realmente, levantar esos elementos en la mente humana implica una fortaleza y una valentía tremendas. Esos individuos que lo hacen se llaman guerreros, no guerreros de agresión sino guerreros capaces de elevar su propio espíritu y energía. Y se cuenta que, en ese momento, se proclama el grito del guerrero.

¡KI KI SO SO! ¿Me oyen? [Risas] Se proclama el grito del guerrero y quienes lo oyen, acuden. Así se cuenta que esos guerreros gentiles saben dónde reunirse.

La respuesta del guerrero consiste en no abandonar la situación, ni retirarse sino que ven la inestabilidad y la incertidumbre como una oportunidad para construir una sociedad, una cultura con estos temas que se encuentran en lo profundo del corazón humano.

Los trazos virtuosos del guerrero son la gentileza, la valentía, la amabilidad y una sensación de magnanimidad y apertura. Como dijo el Dorje Dradul en sus enseñanzas, y en sus termas y linaje, ésta es la idea de la senda sagrada: conectar con algo inherente, basado en un principio fundamental de decencia y valentía humanas.

A propósito, esto no es un nivel 1 [risas] pero es un nivel 1. [Risas] Al reunirnos en este año nuevo, es importante recordar el terreno básico en el que se fundamenta nuestra propia comunidad.

Por un lado, Shambhala suena como un cuento, un cuento de hadas pero de alguna manera todos nos hemos sentido atraídos por este mensaje porque sentimos que hay algo que podemos hacer, que debemos participar en el futuro del planeta, el futuro de la sociedad. En este día de Shambhala, me gustaría alentar, recordar y proclamar que estos son tiempos en los que al aumentar la incertidumbre o agitación, tenemos que reflexionar realmente, cavar profundamente e incluso más, apoyarnos y mirar los principios que son nuestros cimientos. Porque podría ser una época en la que podríamos retirarnos y que el miedo nos barriera. En muchos sentidos lo que estamos haciendo se ha repetido, quizás hace mucho tiempo, pero al avanzar ahora, nos encontramos en estos tiempos concretos. Es realmente una oportunidad, dentro de este caos. Se puede ver el caos como derrumbe pero también como una oportunidad.

¿Podemos ser esos guerreros que se predijeron hace tanto tiempo? ¿Podemos levantarnos y mirar nuestro propio ser y crear la sociedad basándonos en esto Shambhala no es sólo una senda de meditación, es una visión social, es una visión de la vida. Al reunirnos en el día de Shambhala, éste es el momento de recordar esa visión y compartir esa apertura y gentileza. Son tiempos en los que podríamos enfrentarnos a muchos retos. ¿Podemos ser valientes? ¿Podemos ser pacientes? ¿Podemos generar esas características que llevamos tanto tiempo estudiando y contemplando? Éste es el momento, damas y caballeros, de manifestarnos, de llevar esos principios al mundo, no de dejarlos sólo en la sala de meditación y en las páginas de las prácticas. No pueden permanecer sólo como simples mantras esotéricos. Tenemos que ser capaces de ponerles la brida y hacerlos reales.

Quizá piensen que hay algún otro grupo que esté en los Himalayas o en algún sitio y que esté haciendo un trabajo mejor que nosotros pero, desafortunadamente, no hay nadie más. Debemos darnos cuenta de que realmente tenemos la oportunidad. La tenemos sentada frente a nosotros. Tenemos la tecnología, los medios, la capacidad. Lo que hacemos aquí no es sólo celebrar un cambio en el calendario sino celebrar el paso del tiempo y ese tiempo está avanzando. Lo que ocurra en el futuro estará determinado por lo que hagamos ahora. Y la forma de relacionarnos unos con otros a nivel familiar y personal está creando ondas, invisibles, que determinan el futuro de la sociedad a nivel microscópico y macroscópico.

Éste es un día en el que podemos compartir las características sencillas, humanas, de amor, amistad, apertura, confianza, dignidad y valentía que se convierten en nuestra ética, en la base de nuestra sociedad. Cuando somos suficientemente valientes para permitirnos ser generosos y ser capaces de mirar al otro, no es sólo simples modales sino el cimiento de la fortaleza social y la construcción social. Estos elementos básicos de la decencia y dignidad humanas se enfrentan ahora a un gran reto. Es el momento de tomar estos elementos y ponerlos en práctica, en casa, en los centros Shambhala y socialmente. Estoy realmente contento de que hayamos establecido este año una oficina de compromiso social, para poder involucrarnos en cosas.

Al mismo tiempo seguimos los retiros profundos, trabajando con nuestro propio sentido de quienes somos. ¿Podemos tener ese equilibrio excepcional de valentía y vulnerabilidad? ¿Podemos permitirnos tener valentía y gentileza? Podríamos fácilmente caer en un sentido de polaridad. Nos corresponde tener una gran mente, abierta y trabajar con esos elementos. Es difícil hacerlo en solitario, tenemos que desarrollar y cuidar la amistad y la comunidad que construimos. A lo largo de este año pasado he viajado por muchas partes de la comunidad, y veo que hay semillas de esta comunidad en todo el mundo. En el día de hoy me gustaría concretamente que nos permitiéramos elevar la mirada, expandirla, para no caer en un capullo social, ignorando todo lo demás. Las enseñanzas son muy sencillas: para responder a la agresión y al egoísmo tenemos estos remedios.

En muchos sentidos cuando las cosas se ponen difíciles, nos empezamos a dar cuenta de lo que realmente creemos. Cuando hay turbulencia en un avión, hay que ver en qué mantra nos apoyamos y quizá no siempre sea de una fe determinada. [Risas] Nuestra formación está en lo que creemos, se resume en si creemos o confiamos en estos principios. Éste es el momento en que, como guerreros, comprometidos en esta idea de valentía, nos levantaremos. Creo que podemos y parte del secreto es la capacidad para levantar lungta y mezclar un sabor excepcional, como dijo el Dorje Dradul, al unir la supervivencia y la celebración. ¿Podemos trabajar con la supervivencia básica sin abandonar la idea de celebración? ¿Podemos mirar esto y darnos cuenta de que es esencial como seres humanos? ¿Cuál es nuestra respuesta, diríamos, a cómo debemos avanzar? Creo que es la amabilidad, la amabilidad del Gran Este.

Me gustaría compartir con ustedes que este invierno hice un retiro en el cabo Bretón y escribí una sádhana de la amabilidad. Como el mundo está pasando por esas etapas, por alguna razón la práctica de la amabilidad me vino a la mente. ¿Los centros Shambhala pueden ser un lugar donde la amabilidad sea un elemento fuerte? Y se puede sentir la amabilidad al entrar en un espacio, igual que se puede sentir la agresión. Implica fortaleza poder mirar a otro y sostenerlo sin aceptar ni rechazar. La amabilidad aquí no es sólo una respuesta simple y anémica a lo que ocurre. Amabilidad, la palabra en inglés, se relaciona con la familia, con la idea de rigden, “el poseedor de la familia de los seres despiertos”.

¿Podemos sostener a la familia humana en nuestro corazón? Porque somos una cultura diversa, cada vez más, en Shambhala, y como hay un empujón acelerado, de una cultura global, es muy fácil ver la diferencia entre la gente. En muchos sentidos la idea de amabilidad socava eso, es una de las características inherentes que tenemos como seres humanos, es el cimiento de Shambhala en sí que, se dice, se encuentra en los más occidental del Oriente y lo más oriental del Occidental, y supongo que lo más septentrional de lo meridional y lo más meridional de lo septentrional. [Risas] Geográficamente se considera un lugar de intersección. Hay algo de la leyenda que inspiró a los tibetanos, a los indios e incluso a los europeos respecto a la forma de vivir como cultura. Y se sigue manteniendo, pese a la tecnología acelerada que tenemos. Aunque las cosas ocurran con más rapidez, seguimos enfrentándonos a las mismas cuestiones al sentarnos en el cojín de meditación. Son principios fundamentales.

Mi esperanza es que podamos realmente ser una sociedad en la que se puedan aceptar los elementos como la amabilidad. ¿Qué tipo de sociedad puede hacer eso?

Una sociedad fuerte. No es fácil ser amable. Al mismo tiempo ¿qué tipo de sociedad es amable? Una sociedad avanzada, inteligente. Porque en cuanto se nota a otra persona, hay interacción con otra cultura. Se mezclan las mentes con otras opiniones, ideas, y cómo se relacionan con la idea de existencia. Si estamos abiertos, nos podemos enriquecer con ese intercambio en vez de sentirnos amenazados por el intercambio.

Creo que todos podemos sentir la bondad fundamental a nivel emocional. También la podemos entender a nivel filosófico, lo que es la bondad fundamental en la naturaleza humana. Pero sin amabilidad, uno de nuestros temas más importantes, la sociedad iluminada no se puede construir. Será un desafío pero, al mismo tiempo, es una oportunidad. Creo que esas sociedades que pueden engendrar amabilidad serán las que sobrevivirán, de lo contrario esas sociedades se romperán.

Tenemos estas herramientas. Podemos alentar la amabilidad en el asiento de la meditación, podemos hacer sencillamente al comenzar una conversación. Podemos comenzar sencillamente por la forma de relacionarnos con nuestro hogar, de relacionarnos unos con otros. Podemos empezar por la forma de relacionarnos con la ropa y las horas del día. Podemos hacerlo.

El día de Shambhala es un momento importante en el que replanteamos cómo vivimos la vida. ¿Con qué principios vivimos la vida? ¿Tenemos principios? ¿ O quedamos arrastrados rápidamente, perdiendo el resuello a diario, y sin tiempo para pensar en grandes cosas, aunque afecten a todos los poros de nuestro ser? Esta vez nos reunimos a nivel profundo, apoyándonos en una sabiduría tremenda. Al mismo tiempo es muy palpable, lo sabemos, así que les ruego que mantengan despierto el sentido de la curiosidad, el sentido de la alegría para poder sonreír un poco. A veces implica valentía y relajación sonreír en medio del caos porque pensamos que podemos ser más serios que el otro y sobrepasarle en seriedad. [Se ríe; risas] A veces sonreímos y decimos que eso es frívolo, que estás loco, que no sabes lo que pasa. Pero cuando miro a las deidades en las prácticas vajrayana, veo que la mayoría sonríe o ¡tiene una apariencia terrorífica!

[Risas] Hay un secreto cósmico que todos sabemos, una broma enorme y se refiere a nosotros. A veces nos podemos reír de eso y otras veces no podemos. Pero hoy podemos. [Risas]

Hace unos años hice un discurso el día de Shambhala y dije que estábamos en una encrucijada, y he dado muchas charlas públicas sobe esto. Recientemente alguien dijo: “Nunca le creí realmente pero ahora le creo” [Se ríe; risas] Algo está ocurriendo, nos encontramos en este punto tan interesante. En cualquier nivel de práctica que tengan hay un eslogan famoso que dice: “Todos los dharmas convergen en un punto”. Hay sabiduría en todo eso. Es importante que tengamos confianza en quienes somos y lo que hacemos. Me gustaría animarles realmente a que valoren su existencia, como personas. Y cuando lo hagan, se llama dignidad, que afecta a nuestra energía vital, incluso en la forma de movernos por el espacio. Éste es el momento de darnos cuenta de que somos personas, estamos aquí y debemos ser eso.

En este día maravilloso, al entrar en otro año, me da la impresión de que muchas cosas con las que hemos trabajado durante años cada vez están fructificando más. Muchos de ustedes, y ciertamente mucha gente en Shambhala que tiene papeles de responsabilidad, trabajan esforzadamente. Me gustaría compartir mi tremenda gratitud por todo el trabajo esforzado. Se ha puesto mucho empeño en sostener esto y nos ha traído hasta aquí y tengo la impresión ahora de que tenemos una gran oportunidad de elevar la mirada y seguir avanzando. Y sería negligente si no les dijera que, por favor, practiquen e inviertan un instante en replantearse la senda y contemplen también cómo pueden ayudar, aunque sea a un nivel muy sencillo, y expandirlo.

Les envío mi cariño y mis bendiciones a todos y que tengan un espléndido día de Shambhala, una semana de Shambhala y el resto del año. Por favor, mantengan su apoyo unos a otros al avanzar. Estoy encantado de que todos ustedes, en distintas franjas horarias, hayan estado despiertos o hayan madrugado para estar con nosotros y celebrar este años nuevo. De nuevo, alegre día de Shambhala. Vamos a terminar con una inclinación. [Todos se inclinan]

La Sákyong Wangmo: ¡Alegre día de Shambhala y feliz Losar a todos los reunidos aquí y en los distintos centros del mundo! Tashi Delek también a todos ustedes. Todos los años empezamos el año nuevo levantando lungta juntos, personal y comunitariamente, para reconectar con la bondad fundamental y la senda del guerrero.

De ese modo el día de Shambhala es un momento muy importante para todos porque, da igual lo que ocurra personal y socialmente, podemos elevar la energía en un día como hoy y empezar un año nuevo con frescura, levantando la valentía al avanzar y comprometernos con la vida cotidiana. Hoy es un día para la valentía, al volver a dedicarnos a la senda sagrada del guerrero que implica tanto gentileza como firmeza. Les animo a todos a tocar su fortaleza y abrazar a su familia, a sus amigos, y a reflexionar lo afortunados que somos y enviar nuestra fortaleza y compasión al mundo también. Hoy es, por supuesto, un buen día para elevar lungta y les deseo a todos un año nuevo muy feliz, un losar muy feliz, alegre día de Shambhala y mucha salud, prosperidad y felicidad para empezar el año nuevo. ¡Mucha alegría para todos!

Vamos a elevar lungta y decir muy alto: “¡alegre día de Shambhala y feliz losar!”, todos juntos, y quienes nos vean a través de la pantalla, lo hacemos juntos. ¡Alegre día de Shambhala y feliz losar! [Todos lo dicen en voz alta] Tugje che, gracias.

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