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Feb 14
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Tocar la tierra, chispear tristeza y alegría

Ayer…

“El medio oeste de EE. UU. pasa por un frio polar mientras que Australia se quema, bienvenidos a la era de la meteorología extrema”. Ese

foto de Irene Woodard

fue el titular de primera página en la versión digital del New York Times hace unos días. Al lado había un video mostrando el torbellino polar que explicaba por qué haría en Chicago tanto frío como en el Ártico. Hay cambio climático.

En octubre…

Hace unos meses, el 7 de octubre, escribí una carta a 105 shambhalianos. Se trata de 105 personas que he conocido en persona o por correo-e a lo largo de los últimos 7 años y que han expresado interés en la tierra, el clima, o    han preguntado qué ocurre en Shambhala respecto a estos dos elementos. Como receptora de esas preguntas me siento responsable de “hacer algo”. Lo que me impulsó esa noche a “hacer algo” por fin, y a escribir la carta, fue que esa semana se hacía púbico el informe del IPCC, el Panel internacional sobre cambio climático, creado en 1988 como iniciativa de dos organizaciones de las Naciones Unidas: la Organización meteorológica mundial (WMO) y el Programa medioambiental de la ONU (UNEP) que iban a proporcionar un resumen claro de la información científica y socioeconómica más reciente sobre ciencia climática. Miles de científicos del mundo entero prestaron sus esfuerzos voluntariamente al IPCC, que cuenta con más de 190 países miembros. Como se esperaba, los mensajes del informe del IPCC eran una muestra de la realidad. Me pareció que algo había que hacer, como shambhalianos y lo peor es que me sentiría negligente si me hubiera quedado callada.

Lo bueno de la brecha…

Había una brecha entre las dificultades que atraviesa la organización Shambhala, la interrupción de publicaciones en el Shambhala Times y la pérdida de financiación de la Oficina Shambhala de compromiso social. Sin que existieran esos “lugares”, la alternativa era “ser” sin ellos. Previamente quería compartir algo sobre el clima, la tierra, la participación en GreenFaith, Interfaith Partners in Action for the Earth, como colega y miembro del consejo, etc. … podía compartirlo en el Shambhala Times. Como no había publicaciones en esta revista virtual, envié la carta y me respondieron con entusiasmo 40 de las 105 personas. Se formó un mándala pequeño con la ayuda de Emily Takahashi y Richard Peisinger, con quien hice amistad en el Sello del Escorpión hace unos años, como compañeros en la tierra, David Takahashi, el marido de Emily a quien conocí en Boulder en el primer Eco simposio de Shambhala en 2016, y Christoph Schönherr, a quien conocí en Alemania en 2017 antes de una iniciativa de sostenibilidad de varias organizaciones religiosas. Los cinco nos reunimos para dirigir lo que ahora es el Colectivo “Tocar la tierra”. Lo importante es que no estamos solos sino que compartimos el trabajo, las decisiones y la amistad.

Foto de Richard Swaback

“Tocar la tierra” es un nombre que han utilizado los medioambientalistas de Shambhala durante mucho tiempo pero, como entidad, un colectivo, una visión compartida, una presencia, un club, nunca se produjeron las condiciones adecuadas para que enraizara, para ser algo vibrante y vivo. En vista de las condiciones en Shambhala y el estado del planeta, ahora hay un Colectivo “Tocar la tierra” que existe en Shambhala como grupo de Google, con ochenta personas hasta el momento. No todo el mundo escribe, no todo el mundo lee lo que se escribe pero hay un tarareo …

Hace unos días apareció una entrada sobre el movimiento Sunrise y The Green New Deal, y se han colgado poemas, fotos de SMC, artículos, recomendaciones de libros, dibujos, ofertas de trabajo. Emily y David supieron de esta acción local a principios de enero, lo copiaron, lo enviaron al centro Shambhala de Boulder y luego lo colgaron en el grupo de Google.

El centro Shambhala de Washington DC, inspirado por el Colectivo y por el centro de Boulder Center, ha iniciado llamadas con los responsables del colectivo para lanzar una iniciativa de sostenibilidad medioambiental este año.

Después de tres meses de correos en el Colectivo “Tocar la tierra” de Google, hay deseo de reunirse, así que se han organizado dos llamadas a través de Zoom los sábados 16 y el 24 de febrero [N. de la T: no habrá interpretación en español]. Nos veremos unos a otros, nos escucharemos y sabremos quienes somos, lo que necesitamos y lo que queremos hacer. Por decirlo de alguna manera, está por todas partes el alcance del trabajo en nuestros centros, cómo hacer verdes a los centros y la defensa y la exploración. Se puede incluir en la forma de mostrarnos desde integrar las enseñanzas, dar paseos y proteger un bosque en Alemania. El amor por las enseñanzas y cuidar la tierra son expresiones inspiradas de sabiduría. Ha comenzando la conversación en internet y en persona, la conversación colectiva sobre la tierra, el clima, y como shambhalianos, qué vamos a hacer, cómo vamos a ser.

Hace una semana, esta vida preciosa…

Hace unas semanas murió la poeta estadounidense Mary Oliver. Siempre me inspira el verso más citado de su poema The Summer Day: “Dime, ¿qué planificar hacer con tu única vida preciosa y salvaje?”. Creo que el término “salvaje” me recuerda mi propia pasión

Cuadro de Christine Labich

animal, incluso con 66 años, tanta pasión, y la palabra “preciosa” porque, también a los 66, sé muy bien que estoy viviendo la fase de la ancianidad. Así que la brillantez de la situación me tiene deseosa de hacer algo a diario, de influir en esta tierra. Con el Colectivo “Tocar la tierra” tenemos esta libertad, salvaje y preciosa, en este momento de Shambhala, porque las cosas fluyen. Este momento enloquecido está lleno de posibilidades ilimitadas que siempre estuvieron ahí pero, ahora, las tenemos claramente disponibles, para llevarnos hasta nosotros y hacer un servicio a la tierra y a todos sus seres, tangible e intangibles.

Una invitación…

Estamos trabajando para que eche raíces “Tocar la tierra”. Tenemos una posibilidad, es sostenible. Existimos en el ciberespacio que no es ninguna parte. Algunos somos amigos y lo seguiremos siendo, da igual que eche raíces o no, seguiremos trabajando y pasándolo bien unos con otros. No tiene que despertar alegría necesariamente, sólo tiene que resonar en el corazón que realmente podría despertar tristeza. Como termina David todos sus correos, “adelante”.

Con tristeza y alegría,

Tocar la tierra,

Irene Woodard

Quien quiera unirse al Grupo colectivo de Google “Tocar la tierra” puede escribir a David Takahashi: [email protected] y añadirá su nombre. Le rogamos que piense en participar en las dos conexiones a través de Zoom, el 16 de febrero y el 24 de febrero, para tener una impresión de este colectivo. Es un primer paso… ¡bienvenidos!

 

 

Irene Woodard at the 2018 Parliament of World Religions in Toronto

Irene Woodard es profesora veterana de la tradición budista Shambhala y, en los últimos años, ha sido directora residente de práctica y educación en el centro de meditación y retiro Shambhala de Sky Lake, un centro contemplativo para la meditación, las artes y la comunidad situado en el valle del río Hudson. Directora del Aprendizaje Shambhala, también es kasung o protectora del dharma y ex-miembro del Consejo y guerrera del centro Shambhala de Nueva York. Fundadora del negocio verde de flores llamado True Blooms, practica el kado, la vía de las flores. Es miembro del consejo de GreenFait. Es madre de Max y Catherine, se dedica a hornear, a escribir poesía y a sus amigos y está comprometida a cuidar la Tierra.

 

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